Mujer se escribe con M de Madre y Modelo

Mi  nombre puede ser cualquiera de los que en las miles de páginas de contenido adulto. Mi nombre no es más que unas palabras que escribió alguien sin preguntar si quizá lo llevaría con orgullo alguna vez.

Mi historia empieza hace seis años cuando completamente enamorada decidí ser mamá y traer al mundo a otro ser con la convicción de que no permitiría nunca que le falte nada ni siquiera que le falte yo…. Soy parte de la historia de miles de personas de Colombia que se dedicaban más a su trabajo. Era parte de una empresa prestigiosa Colombiana, no tenía el mejor cargo pero  me sentía a gusto con lo que hacía y lo poco que ganaba con respecto a todas las funciones que allí realizaba; cuando quedé embarazada, decidí renunciar y dedicarme a mi embarazo, me pregunté ¿porque no trabajar desde casa? El padre de mi hijo me ama y me apoyará; pero ese fue mi primer error, pensar que el amor era tan grande como para aprobar no trabajar en mi embarazo! Contra todos los pronósticos, decidí irme de cabeza y trabajar por mi cuenta en todo lo que podía, con el apoyo de mis hermanos mayores y mis padres logré sacar mis nueve meses de barriga gigante: si tenía sueño dormía, si tenía hambre comía… un embarazo feliz solo que mi autoestima empezó a decaer porque el papá de mi hijo decidió que ya no era tan bonita, me convertí en el empaque de su primogénito.

Después de nacer el amor de mi vida y pasar seis días en el hospital, el padre de mi hijo presionó para que consiguiera empleo y mi corazón se rompió de solo pensar que no vería a mi hijo despertar o dormir día tras día, que no podría ver cómo crece a diario, que no podría ser yo quien escuchara su primer palabra, que no sería yo quien lo guiaría en sus primeros pasos. De nuevo y con todo en contra decidí buscar un trabajo que me diera una opción monetaria mejor y no apartarme del pedacito de alma que de mi cuerpo había surgido.

Me presentaron la opción de trabajar como modelo web cam. Yo me pregunté ¿lo puedo hacer yo? ¿y mi cuerpo? ¿y mi cara?  Pero había algo más grande que esos miedos, mi amor por GABRIEL, mi hijo. Empecé en ese trabajo cuando mi hijo tenía 3 meses de nacido, vivía en casa de mis padres y estaba todo el día junto a él. Todas las noches después de dormirlo me conectaba a esas páginas que tanto han señalado, que tanto repudio causan. Trabajaba tres horas con todo el amor puesto en el futuro de ese pequeñito que a tres puertas de mi estudio dormía y me esperaba. No fue fácil enfrentarme a mi imagen porque realmente es eso, es tu imagen la que ves allí, tu desnudez, y también tu falta de amor propio. Cuando las mujeres crecemos lo hacemos con un solo fin… buscar quien nos ame pero nadie nos enseña que debemos amarnos.

Pensando en tener algo mejor para mi hijo, mi pareja y yo, le conté al padre de mi hijo mi proyecto de trabajar en ello mientras el bebé dormía o en la noche cuando él llegara de su trabajo. De nuevo, fue una mala decisión. Me enfrenté a lo que temía: mi cuerpo ya no era lindo para él mi cuerpo, era viejo y sin ser suficiente. Finalmente, terminó dejándome por otra mujer no sin antes aclarar que mi vida en ese trabajo no sería el mejor porque era gorda y tenía estrías, porque mi cabello, mi rostro y mis uñas ya eran iguales,  porque mi cuerpo no olía igual por la leche materna, porque mi busto una vez rozagante hoy solo colgaba pero para mi  brillaba del peso de ese líquido maravilloso con el que alimenté y alimento a su hijo.

Él interpuso una tutela con la intención de llevarse de mi lado a mi bebé, pero este mundo es maravilloso y la persona encargada de recibir este caso fue una mujer de talante y con un amor tan grande hacia las de su mismo género. Fue ella quien me sacudió tan fuerte, tanto que que abrió mis ojos, mis brazos y mi corazón para defender mi lugar en este mi pequeño mundo; ella fue clara con todos: mi hijo es mío y soy hermosa y libre de trabajar con modelo web cam para sacar adelante a mi hijo.

Tres años después continúo trabajando como modelo web cam, no gano millones como lo hacen las más famosas del país, pero la ganancia que me da mi profesión no me la da nada ni nadie pues hoy sostengo a mi hijo  y todos los días de mi vida despierto a su lado. Todos los días lo llevo a su escuela, lo visto, le doy de comer, jugamos, lo escucho reír, lo veo dormir. Ahora, estoy completamente enamorada de un ser perfecto que hacer poco conocí, es amable conmigo, me ama y le amo,  me apoya con mi hijo y nunca me dejara sola, todo el tiempo está junto a mí y mi hijo… ese ser maravilloso del que estoy loca enamorada y que es único en el mundo se llama YO.